ARDOROIDO
Vislumbramiento retorcido,
Todo azul,
El glaciar se vuelve venas turbias en mis ojos.
Voy solo por este trecho,
Y la piel de la lengua se clava en otras voces.
Voy por este trecho envuelto en mi carne.
Con un cuchillo en los tentáculos,
El aullido me persigue ladrando su luna aguda.
Otro cuchillo en mi vigilia,
Y no sé qué puede ser el problema,
¿la sombra pegada en las pupilas del caníbal?
¿la velocidad retorcida en los poros de la noche?
¡Otro cuchillo en mis sueños!
Viene lento el todo,
En una reversa nauseabunda,
Y ya no hay otro cuchillo,
Ya no queda espacio tibio,
Todo cae en fragmentos duros sobre el cuerpo.
Sangro otra sangre,
Soy la risa del eco.
Corriendo por los ojos,
Grita la infancia,
Grita la otra vida,
Gritan las esquinas sucias.
Otro mundo difuso,
Corriendo en pelotas por el delirio,
Gritando a las ventanas rotas,
A las pelotas gigantes que eyacularon todo:
Las líneas de las calles,
Los edificios negros,
Los pájaros como perchas en los árboles.
Exhausto de correr huyo,
Doy mi sangre a este mundo,
A esta esponja repugnante.
Doy un grito mudo,
Un grito ciego,
Un grito eternamente:
Enteramente un murmullo incrustado en el vacío.
Ilustración de la trazadora suprema Mª Paz Lundin
Vislumbramiento retorcido,
Todo azul,
El glaciar se vuelve venas turbias en mis ojos.
Voy solo por este trecho,
Y la piel de la lengua se clava en otras voces.
Voy por este trecho envuelto en mi carne.
Con un cuchillo en los tentáculos,
El aullido me persigue ladrando su luna aguda.
Otro cuchillo en mi vigilia,
Y no sé qué puede ser el problema,
¿la sombra pegada en las pupilas del caníbal?
¿la velocidad retorcida en los poros de la noche?
¡Otro cuchillo en mis sueños!
Viene lento el todo,
En una reversa nauseabunda,
Y ya no hay otro cuchillo,
Ya no queda espacio tibio,
Todo cae en fragmentos duros sobre el cuerpo.
Sangro otra sangre,
Soy la risa del eco.
Corriendo por los ojos,
Grita la infancia,
Grita la otra vida,
Gritan las esquinas sucias.
Otro mundo difuso,
Corriendo en pelotas por el delirio,
Gritando a las ventanas rotas,
A las pelotas gigantes que eyacularon todo:
Las líneas de las calles,
Los edificios negros,
Los pájaros como perchas en los árboles.
Exhausto de correr huyo,
Doy mi sangre a este mundo,
A esta esponja repugnante.
Doy un grito mudo,
Un grito ciego,
Un grito eternamente:
Enteramente un murmullo incrustado en el vacío.
Ilustración de la trazadora suprema Mª Paz Lundin
JOAO GONCALVES
Trascendente Dedo Haragán
