La publicación del Colegio de ‘Patafísica de Chile, “´Pataflexia”, es propiamente y, sin lugar a dudas, una rana, un sapo y un monstruo.
Tras innumerables estudios, el cenáculo ‘patafisico chileno, intentó depurar la forma de expresión milimétrica en que se debía gestar una publicación que fuera un contrario exacto al común formato de libro o prozine, es decir, un objeto que transgrediera la forma en que el observador se enfrenta al texto y a los otros muchos estímulos espaciales orbitantes y objetivos.
Primeramente, se pensó en el poliedro como solución a la figura constituida en sí misma y, además, solución a la figura contenida en sí misma. El poliedro era la representación metamétrica de una papa. La figura: el perfecto rizoma.
Durante largos y extenuantes experimentos pusieron a prueba la elasticidad del poliedro, las posibilidades que otorgaba, hasta que el siempre sabio Pepe (Presidente transitoriamente perpetuo del consejo supremo) les reprendió la efectividad e inteligencia con la que (hasta ese momento) habían trabajado y les demostró que en el placer del ocio y el letargo encontrarían la respuesta que buscaban.
Se lanzaron beodos a la noche y, en la por todos conocida “´patacueva”, un eructo inmenso dibujó un batracio en la conciencia inútil de cada uno de ellos.
Así, en el año 135e.p. nace la primera ´Pataflexia.
El mundo puede seguir contemplando con horror las que se sucederán a través de los años venideros y pasados.
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En la fotografía se radiografían, de izq. a der.:
Mª Paz Lundin, Dr. Pablo Wajner, Manuela Ossa, Matias Andújar, Ignacio Morales y Francisco Ide.
(C´POCIEP)
